Teniendo en cuenta (cómo no) que entorno al 90% de mis capturas de mañana se producen durante la primera media hora de luz, reconozco que en primera instancia me resultó poco alentador que mi amigo Abe me convocase a las 9:30 para ir rumbo al pesquero. No obstante, lo sugerente del lugar escogido, sumado a las sabias razones que da José Luis para acudir a horas poco propicias, consigue persuadirme a no estimar un dato empírico tan rotundo como el mencionado, además de permitirme descansar, que buena falta que me hacía.
A priori, no parecía esta la jornada en la que fuese a expirar la mala racha en la que estaba inmerso. Acumulaba ya unos cuantos ceros y por si fuera poco se habían evaporado ocasiones claras de apresar buenas presas, sin embargo Abe siempre se mueve por lugares con gran potencial y como cabe esperar, estos spots dieron sus frutos.
El primero llegó en forma de baila, que se hizo con uno de mis vinilos sobre las 10 de la mañana.
Pateamos y registramos a conciencia el emplazamiento, pero salvo una bicúa buena que avistó José, nada más se hizo notar.
Tras visitar otro sitio sin éxito, terminamos sobre las 2 de la tarde en otro donde Abe tiene pronto un buen ataque que no cuaja. También gozó de persecución a uno de sus señuelos de superficie. Estas escaramuzas me activan, pues a estas alturas del día mis ánimos andaban algo apagados y me empecino en sondear el lugar, consiguiendo recompensa con el apresamiento de un hermoso bocinegro.
Poco después dimos por concluida la salida.
Ya al día siguiente y en solitario me hice con otras capturas igualmente con el día avanzado. Unos cuantos pejerreyes de pequeño tamaño y un merito que rondaría el 1/2kg.
La nota negativa fue la suelta de lo que parecía un palometón de 4 o 5kg. Que se le va a hacer, así es este juego.
Estos últimos peces volvieron al agua, los primeros pasaron a formar parte de nuestra dieta.
Saludos.
Ps. D. José Luis, muchas gracias por enésima vez.:)