Crónicas desde orilla y/o embarcadas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

No hubo errores, simplemente se largó.

Ya hacía una semana que no me acercaba a dar unos lances. El mal tiempo, el padel y la escasa motivación me tenían apartado de la orilla. No obstante, ayer me picó la curiosidad por saber que podría ocurrir visitando por segunda vez el lugar donde mi amigo David y yo iniciamos nuestras incursiones por La Redonda durante su última visita. Aquel día sacamos una sierra, una bicúa y dispusimos de otras oportunidades en solo 20min, pues arribamos tarde al emplazamiento.

Este área reúne todos los factores necesarios para considerarlo como sitio improductivo. Zona de fácil acceso, resguardada de inclemencias meteorológicas, cercanía a espacios densamente poblados y muy transitado. Incluso tengo informes desfavorables de varios spinners que se mueven por esta demarcación y no se comen ni un rosco. Sin embargo yo me había propuesto en su día la vuelta y así lo hice.

Para iniciar la faena monto el popper de Storm Chug Bug, lo lanzo con cierta inclinación a la derecha y nada. Pruebo hacia la izquierda y observo una sospechosa perturbación del agua y junto al señuelo, le recupero un poco más y picada. El animal que empuja y yo que doy varillazo para consolidar la clavada. Mantengo una correcta tensión y todos mis sentidos en la pelea. El pez cabecea enérgicamente sin permitirme recuperarle un metro, pero tampoco se empeña en distanciarse de mi posición. Persiste en su intento de zafarse y JODER, lo consigue. Verifico el estado de los triples y es muy bueno. Repaso en mi mente lo ocurrido y creo no haber hecho algo mal. Con sensación agridulce continuo pescando y la tarde expiró sin que nada digno de reseñar mordiese mis engaños.

Supongo que fue pejerrey de buena talla, no obstante no descarto la posibilidad del palometón.


Así están las cosas, prosigue mi mala racha. Por fortuna tengo fresco mi último romance y las fantásticas sensaciones que este me dejó.




Amor imposible que espero vuelva.:)


Saludos.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Con buena compañía.

No puedo decir que estén yendo bien las cosas con respecto a los réditos de las salidas a spinning. Pocos peces y mala fortuna es en síntesis lo que viene sucediendo.




Picadas buenas no consolidan y si lo hacen se pierden por otros factores. Les cuento.

Últimamente estoy pescando más fino. Con frecuencia uso 15lb, en ocasiones 10 y 20 cuando me quiero armar mejor. No obstante, el hecho de escoger emplazamiento con escalón cercano y reputación de bichos grandes, me hizo rescatar del olvido la bobina de mi Stella Fa 5000 cargada con 30, por si pegaba "una camioneta", teniendo de esta forma más garantías. Pues tan olvidada la tenía que no recordaba que debía reemplazar el hilo, ya que había "pasado" por innumerables batallas y era el momento de sustituirle por uno nuevo. Seguramente ya imaginan por donde van los tiros. Pues eso, que uno de los mejores trancones que he tenido nunca se fue al garete por esta causa. El animal arrancó con potencia nada más engancharse y la línea cedió fatalmente donde no lo hubiese hecho en circunstancias normales. Error mayúsculo que aún me pulula por el coco.


Lo que conseguimos capturar se reduce a una sierra y un par de bicúas.




Casualmente no todo ha sido infortunio. Es verdad que el fruto de las jornadas no me ha satisfecho, sin embargo he de señalar que la compañía ha sido estupenda.

Aunque me he topado con grandes gilipollas que comparten afición, lo cierto es que en líneas generales me considero muy afortunado por la calidad de la mayoría de las personas que he conocido desde que pesco con artificiales. Gente generosa, noble y sincera, con la que es todo un privilegio pasar un rato de pesca.


Saludos.

Ps. Gracias a Pepe, Maxwell, Pablo, Moi y Fran.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Discreta vuelta a la orilla.

Después de darme un buen atracón de jigging, he regresado a la orilla para continuar con lo que más me apasiona, las escapadillas a spinning. Está claro que los frutos desde el litoral son por lo general mucho menos abundantes o incluso nulos, no obstante la dificultad, la incertidumbre y el contacto estrecho con la naturaleza, consiguen darle al lance costero un toque romántico que lo hace más atractivo, además de ser, según mi opinión, más puro y deportivo. Sin embargo, cuando no llegan unos resultados mínimos esta práctica se muestra especialmente penosa y yo, que no tengo madera de mártir busco indulgencia en el spinning embarcado, que aunque burgués y fácil ofrece mayor rentabilidad, indispensable para conservar la afición.

El rendimiento de las pasadas jornadas no ha sido especialmente positivo:

Bicúa desde rocas.




Y otras desde arena.




También capturamos un abae que atacó al Jugolo 60g obsequio de mi querida Vanesa.




La fortuna nos fue esquiva y hasta tres buenos peces acabamos perdiendo. Pejerreyes seguramente, pues seccionaron la línea de forma precisa.

Ya vendrán días con mayor suerte.


Saludos.