Estar pescando en soledad no supone para mi un inconveniente. Voy a menudo sin compañía y esto no me impide disfrutar al máximo de esta pasión. Sin embargo, cuando acudo con gente cordial, da a mis jornadas un plus que se agradece y por supuesto la satisfacción es plena si a estas personas las considero amigas.
Amigos son David y Adal. Colegas que he conocido hace ya tiempo gracias a nuestra afición en común, con los que he pasado grandes momentos y que me visitaron hace poco provenientes de Tenerife, de donde son oriundos, con el fin de pasarlo bien sujetando una caña de spinning.
De izquierda a derecha de la imagen Adal, yo y David.
Dado que era yo quien conocía mejor las zonas por donde nos moveríamos, cayó en mi la responsabilidad de elegir lugar y programar las jornadas. Como no podía ser de otra forma, escogí las opciones que estimé más sugestivas en cada momento y condiciones, intentando afinar más que cuando lo hago para mi mismo y con la única salvedad, como es obvio, de que siendo 3 necesitábamos espacio.
Por motivos laborales no pude acudir con ellos en alguna ocasión, pero esto no impidió que los muy "golfillos" lograsen encontrar siguiendo mis indicaciones sitios a trasmano, donde hallaron actividad y capturas.
El esfuerzo realizado (grandes distancias en coche y eventuales caminatas) no se vio recompensado con resultados de bulto. Realmente hubo días decepcionantes, con nulas o escasas presas. Como en el que se hizo esta instantánea, momento en que solo Adal logró frutos, unas cabrillas de buen tamaño y un dentón.
Como sabemos, encontrar un por qué y sacar elementos en claro de la pesca es muy complicado. Hay tantas variables incontrolables que aseverar cualquier cosa es imposible. No obstante siempre intento buscar causas y tal vez esta sea una.
Durante esos días la mayor concentración de medusas que hemos visto en nuestras costas nos acompañó por todas partes. Toneladas de estos cnidarios se arrimaron a las orillas e incordiaron bastante, dejando restos gelatinosos en la línea y limitando la movilidad, ya que para transitar por zonas anegadas tenías que ir esquivando tentáculos urticantes.
Aunque en un primer momento creímos que podía tratarse de kril, la observación a escasa distancia nos llevó a pensar que estábamos ante una "sopa" de gametos originada por las también llamadas "aguavivas". Fenómenos similares he visto en documentales cuando se dan reproducciones en masa.
La extensión de la mácula era importante. La corriente la hizo circular constantemente y durante unas horas a pocos metros de nuestra posición. En esta foto se llega a apreciar parte.
De izquierda a derecha de la imagen Adal, yo y David.
Dado que era yo quien conocía mejor las zonas por donde nos moveríamos, cayó en mi la responsabilidad de elegir lugar y programar las jornadas. Como no podía ser de otra forma, escogí las opciones que estimé más sugestivas en cada momento y condiciones, intentando afinar más que cuando lo hago para mi mismo y con la única salvedad, como es obvio, de que siendo 3 necesitábamos espacio.
Por motivos laborales no pude acudir con ellos en alguna ocasión, pero esto no impidió que los muy "golfillos" lograsen encontrar siguiendo mis indicaciones sitios a trasmano, donde hallaron actividad y capturas.
El esfuerzo realizado (grandes distancias en coche y eventuales caminatas) no se vio recompensado con resultados de bulto. Realmente hubo días decepcionantes, con nulas o escasas presas. Como en el que se hizo esta instantánea, momento en que solo Adal logró frutos, unas cabrillas de buen tamaño y un dentón.
Como sabemos, encontrar un por qué y sacar elementos en claro de la pesca es muy complicado. Hay tantas variables incontrolables que aseverar cualquier cosa es imposible. No obstante siempre intento buscar causas y tal vez esta sea una.
Durante esos días la mayor concentración de medusas que hemos visto en nuestras costas nos acompañó por todas partes. Toneladas de estos cnidarios se arrimaron a las orillas e incordiaron bastante, dejando restos gelatinosos en la línea y limitando la movilidad, ya que para transitar por zonas anegadas tenías que ir esquivando tentáculos urticantes.
Aunque en un primer momento creímos que podía tratarse de kril, la observación a escasa distancia nos llevó a pensar que estábamos ante una "sopa" de gametos originada por las también llamadas "aguavivas". Fenómenos similares he visto en documentales cuando se dan reproducciones en masa.
La extensión de la mácula era importante. La corriente la hizo circular constantemente y durante unas horas a pocos metros de nuestra posición. En esta foto se llega a apreciar parte.
Como venía diciendo, para nada hubo instantes con buena actividad, ni tampoco mucho rédito. Sin embargo, en general quedamos satisfechos ya que además de buen rollo conseguimos algunos peces más.
Ya tenemos en mente nuevos planes prometedores y aunque con la situación actual de la pesca en Canarias no debemos hacernos grandes ilusiones, el hecho de disfrutar de su compañía es para mi recompensa de sobra.
¡GRACIAS AMIGOS!
Saludos.