Crónicas desde orilla y/o embarcadas.

viernes, 29 de junio de 2012

Antonio acabó con mi mala suerte

Y no ha sido poco el infortunio. Grapas que se abren, animales que se defienden junto al litoral y llegan a encajonar la línea de forma que es imposible sacarla, sueltas. En fin, sucesos malhadados que me han impedido hacerme con un buen rédito. La actividad es en general mala, sin embargo la insistencia ha dado algún resultado. 

Como casi siempre, he estado sobre todo en solitario por las orillas. No obstante, hace unos días D. Antonio me brinda la oportunidad de rastrear un tramo costero que desconocía y no dudé en aceptar su espléndida propuesta. Este amigo es alguien de carácter jovial, afable y generoso. Pescador intuitivo, capaz de engañar a los peces más recelosos. Disfrutando de su compañía viví la mejor experiencia de pesca de mi vida y durante ese tiempo, fue cuando me percaté de lo fantástica persona que es.


Ya en el día de autos, llegamos pronto a la zona en la que iniciaríamos la jornada. La mar tiene fuerza y no permite pescar con comodidad. Aún así, rastreamos de manera persistente el lugar sin notar señal alguna de vida. Nos rodamos buscando un emplazamiento que contenga mejor el embate de las olas. Una vez encontrado, solo Antonio consigue "arrancarle" al sitio una cabrilla, una galana y otro trancón. Nos vamos también de este lugar ante la evidencia de que allí no parecía haber otros animales que persuadir. Desmotivado, le comento que por mi damos la mañana por concluida, pero él me anima y plantea un último intento en emplazamiento más accesible. Nos acercamos entonces y pronto tengo una buena acometida. Tras luchar unos instantes con el pescadito, pienso que puede tratarse de una sierra. Me planteo la pugna de manera pausada, sin prisas, que son tres bonitos consecutivos los que he venido perdiendo. Inquieto permanezco hasta que lo veo sujeto por el grip de Antonio, que atina a la primera en su propósito de apresarle.




Un par de imágenes.



Animado por la captura, prosigo y tengo otro ataque. Pienso en bocinegro, pero es esta chopa (mi primera con artificiales) la que sale perfectamente embocada.


El calor aprieta y abandonamos la actividad ya pasado el medio día.

El resto de jornadas se han visto decoradas por pequeños peces, exceptuando esta buena bicúa.


Los pargos han vuelto a salir a pares.


Y otros en solitario.


Cabrillas, cabrillas pintadas y minipejerreyes.




También un hermoso merito.


Saludos.

Ps. Muchas gracias Antonio.

domingo, 17 de junio de 2012

Monodosis

Sigo insistente por las orillas en busca de peces. No consigo encontrarlos en abundancia, ni siquiera con carnada cerca, no obstante, alguno va saliendo. El mejor, seguramente, fue el que no pude lograr. Después de una solida carrera se escapó la posibilidad. También es verdad que la meteorología tampoco acompaña. Nordeste fuerza 4 a 5 como las mejores condiciones que he tenido.

Las presas son pocas y salen de una en una, pero me sirven para ir calmando la "ansiedad" que surge cuando no llegan unos frutos mínimos.

Esta buena bicúa de la mañana es lo mejor que ha salido.


Y por la tarde una sierrita.


Ayer y en confluencia con los mencionados peces pasto, pude atrapar otro túnido, esta melva.


Y les muestro también imagen de una breca pequeñita. 


Es la segunda que capturo. 

Mañana lo vuelvo a intentar, a ver si puedo contarles algo.

Saludos.

domingo, 10 de junio de 2012

Perseverante

Si no hace tanto contaba por aquí que había reducido la frecuencia con la que me acercaba a la orilla, ahora les digo que la he incrementado muchísimo. Llevo alrededor de una semana acudiendo a diario. Y no es que me vaya bien, se trata solo de que tengo mucho tiempo libre y apetece. En líneas generales los resultados son pobres, sin embargo la insistencia ha dado alguna captura que me insta a continuar con la misma. 

Con la agradable compañía de Abe se dio la mejor renta, una sierra y una bicúa.


Siento la sangría. No me percaté de la hemorragia. Es obvio que la imagen refleja la realidad de la pesca, pero también es cierto que para nada es estético. 


Posteriormente capturé una palometa. El trancón me sobresaltó por la solidez, pensando que era buen pez, pero aunque mostró una fuerza notable para su tamaño se entendía que no era animal de entidad.


Y por último otra bicúa de esta misma mañana. Con mi equipo ligero fue divertido.


Saludos.

miércoles, 6 de junio de 2012

La parejita

Hasta hoy acumulaba 4 ceros consecutivos, que con la que está cayendo en cuanto a meteorología se refiere eran más que probables. Además las mañanas están influenciadas por una inmensa luna llena y por lo menos a mi, ni me gusta ni me va bien con ella. Tan solo hubo una oportunidad, la cual se diluyó rápidamente. Con este panorama decidí no madrugar y esperar al inicio de la pleamar por ver si de esta manera cambiaba mi suerte y vaya si mutó. 

Sumar más horas de sueño me sienta estupendamente y aunque el sol ya está cascando comienzo a lanzar con ímpetu. Tras un buen rato machacando, empieza a rondar por mi cabeza que otra jornada sin éxito podría darse, pero antes de desfallecer pruebo una zona adyacente en busca de revulsivo y pronto tengo la primera captura, este parguito.


Aunque es pez pequeño, actúa sobre mi como si hubiese tomado un Red Bull, así que insisto con ánimos renovados. Unos momentos después consigo otro trancón, sin embargo este no cuaja. Prosigo, pero parece que ya el lugar no da más de sí. Escojo un último artificial, el Viva Parade de Maria verde. Está ya muy viejo, no obstante, a la primera ocasión seduce a este otro bocinegro. 


Unos 3kg de vital espárido.

Si la memoria no me falla, nunca antes había trincado más de un pargo en el mismo día. Que suceda de nuevo,  ha sido divertidísimo.

Saludos.

domingo, 3 de junio de 2012

"Allí no entra la sierra"

Yo: ¿Qué tal si probamos en ese pesquero?, hoy deja.

El:  Sí, me gusta la idea.

Yo:  Es bueno de pejerrey, alguna bicúa sale y tal vez sorpresa en forma de abae, jurel. Lo que no creo que entren son sierras.

El:  Pienso lo mismo.

Yo: Nos vemos a las 7(PM).

El: Vale.

Llegada.

El:  Está fuerte.

Yo:  No tanto, me gusta que esté movidito. ¿Lo intentamos?

El:  Venga.

Bajamos y comienza la faena.

[...]

Yo: Nada.

El:  Ni un toque.

[...]

Yo:  (sorprendido)  Ahora si.

El:  (sorprendido también) Que bueno.

Carreras muy largas. Paulatinamente se deja venir. Imagino saltatrix grande. En la orilla se va hacia las rocas y pienso en jurel o medre. El emplazamiento está lleno de "trampas" y hace la brega muy estresante. He de estar fino sorteando obstáculos. Le acerco a mi posición no sin mucho esfuerzo y le varo ayudado de una ola que me cala de cintura para abajo. Conseguido el propósito, me invade una satisfacción enorme.




Volveremos.

Saludos.